con un pastel de nuez y chocolate
que en otras circunstancias dichoso hubieras comido
te habrán asaltado preguntas en serie
¿por qué? si ni te gusta el dulce
y aún menos lo tragas si no es
con un contiguo y contrastante café amargo
¿por qué? si habías pensado que
lo que menos querías era celebrar
los versos tradicionales en franca ca-co-fo-ní-a
de voces lacerando tu musical y delicado oído
(dirán algunos, tú, música y delicado jodido)
¿por qué? si I only wanted to be sixteen
y once años más pesan sólidos sórdidos y solitarios
al grado de anclarte a la cama para no
salir a recibir el sol de hoy, ocasional
¿por qué?
porque me siento mal, porque me siento mal
porque mal me sienta sentirme mal
y mal siento que asientan los males,
sedimentos, malignos impedimentos
remedar no remedia este que soy yo,
el mismísimo remedo de mi mismo
porque -parece- el paliativo
-no la cura, no el remedio-
de/para este mal-estar,
este peor andar
es un tanto de cafeína
y un mucho de endorfinas.
j.emilio.rodríguez
1 comentario:
Tranquilo, apenas son 27. Cuando llegues a los 30 hablamos
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